El centro mantiene las mismas deficiencias que hace 10 años y a pesar de ello, la Administración sigue autorizando sus pésimas instalaciones.
Recientemente la coalición de ONG InfoZOOS ha realizado un informe sobre el grado de cumplimiento de la legislación vigente en el Zoo de Castellar de la Frontera. La primera investigación realizada en este centro tuvo lugar hace diez años y, desgraciadamente, ha constatado que no se han solucionado ninguno de los problemas que este zoo ya tenía en el 2006.
InfoZOOS considera que este zoo no cumple con ninguno de los requisitos de la Ley de Zoos 31/2003 en lo que se refiere a la conservación de las especies, programas educativos, enriquecimiento medioambiental de las instalaciones, seguridad o garantías sanitarias tanto para los animales como para el público visitante.
En especial la coalición destaca la actividad del foto maratón, que permite un contacto directo con muchos animales de la colección, lo que supone un grave riesgo sanitario, de seguridad o de protección de los animales que se ven obligados a pasar gran parte del día en el exterior de las instalaciones.
InfoZOOS también opina que la calidad de las instalaciones es pésima y no permite el desarrollo natural de las especies acogidas, incluyendo instalaciones colectivas en las que se amontonan animales de diferentes especies y en las que el público puede entrar, o las instalaciones de los ocelotes y primates, meras jaulas estériles.
Según Alberto Díez, portavoz de InfoZOOS, “en muchas ocasiones este centro de asemeja más a un circo que a un zoo. No entendemos cómo las autoridades competentes de la Junta de Andalucía han podido inspeccionar este zoo hasta 10 veces y renovar su autorización en un contexto en el que tan claramente ni se cumple con la Ley de Zoos, ni con la de Animales Potencialmente Peligrosos, ni con la de Especies Invasoras. Estamos igual que hace 10 años, o peor”.
El próximo mes de Septiembre InfoZOOS solicitará reunirse con las autoridades competentes de la Junta de Andalucía en Cádiz para tratar de este asunto.
Foto: Contacto directo entre un ocelote y un niño, con los consiguientes riesgos para ambos