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Un nuevo capibara en el CosmoCaixa: ¿otro icono del sufrimiento animal?

Hace unas semanas recibíamos con asombro la noticia de que el Museo de la Ciencia CosmoCaixa de Barcelona volvía a contar con un capibara, después de la muerte de Tinka el pasado mes de junio, el único ejemplar de esta especie que tenían alojado en las instalaciones del Bosque Inundado. El nuevo animal, según el texto, tiene 15 meses y ha sido recientemente adquirido de un zoo de Países Bajos.

Desconocemos las razones que han llevado al museo adquirir otro capibara teniendo en cuenta la experiencia previa con Tinka que, además de que tuvo un fatal desenlace, propició que ese animal sufriera privaciones al verse obligado a permanecer siempre aislado y en un espacio muy limitado, simplemente para entretener al público visitante.

Es importante recalcar que los capibaras son animales muy sociales y gregarios, que en su hábitat natural (zonas húmedas de Sudamérica) viven en grupos. Mantener a un individuo de esta especie en total soledad, tal y como parece que pretende otra vez el museo, le provocará un sufrimiento continuado y una falta de bienestar psíquico, pues los capibaras tienen necesidad de contar con la compañía de otros congéneres. Y al malestar que le generará la imposibilidad de establecer relaciones sociales hay que añadir otros factores negativos que ya de por sí conlleva el cautiverio, como son la restricción de espacio para moverse, la limitación para expresar sus comportamientos naturales y el estrés originado por verse constantemente rodeado de presencia humana.

La exhibición de este animal aislado no tiene justificación posible en ningún plan que pueda demostrar beneficios reales para la conservación de la especie o de su hábitat, ni tampoco se puede respaldar en base a los programas educativos que ofrece el museo.

Según la información brindada por CosmoCaixa, en sus instalaciones se realizan actividades enfocadas a descubrir las particularidades y características del ecosistema de la selva amazónica y de los seres vivos que se pueden encontrar en ella. De cara a los visitantes, sin embargo, mostrar a un capibara en total soledad ofrecerá una imagen sobre esta especie que no se corresponde en absoluto con la realidad presente en la naturaleza.

La Ley 31/2003 de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos es el encuadre legislativo que deben cumplir todas las instalaciones que mantienen vida silvestre en cautividad y que permiten ser visitadas por personas ajenas a las instalaciones. El Museo de la Ciencia CosmoCaixa está autorizado según la citada Ley para mantener vida silvestre en sus instalaciones. Sin embargo, esta Ley exige que los centros presenten planes que demuestren el fin conservacionista o pedagógico de los animales, su fin social. Asimismo, las instalaciones donde se mantienen los animales deben presentar un adecuado enriquecimiento medioambiental y los animales deben poder expresar sus comportamientos sociales naturales.

Desde InfoZOOS se requirió al centro información sobre el Plan de Conservación que justifica la presencia de un capibara en sus instalaciones. Se eludió una respuesta directa y tan solo nos hicieron alusión a aspectos genéricos sobre la capacidad educativa del Museo de la Ciencia. Si unimos este hecho a la nula existencia de una estructura de integración social o medioambiental de este ejemplar aislado, no podemos sino aconsejar muy seriamente que la autorización que la administración de la Generalitat otorgó al Museo de la Ciencia CosmosCaixa para el mantenimiento de vida silvestre en cautividad debería retirarse hasta que el centro demuestre su capacidad para cumplir con la legislación vigente en la materia.

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